TAMARINDO NEGRO
A LA SOMBRA DE UN TAMARINDO
No temo a la sombra negra
ni al vestido negro ni a la vejez negra. No temo a la vejez sin colirios.
Sin embargo, cuando este hombre hermano, casi tan viejo como yo, me pide un
colirio blanco para sus ojos, siento no tenerlo.
Le pedí permiso para
la foto, estábamos entrando en el bosque sagrado. Quiso verla. Se limpió la catarata. Quieto en la sombra. Cuenta Donat que es un hermano,
aunque no tengan el mismo padre, los primos son primos hermanos, los tíos son
padres, los sobrinos hijos. Cuidan el linaje. Escasea el colirio.
ACLARACIÓN: No hago buenas fotos ora por la dificultad en mi mirada ora por la falta de precisión de la cámara del móvil. Intento contar con palabras lo que la cámara no muestra.
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