ALGUNOS LUGARES DE LA PINTURA DE MARÍA ZAMBRANO EN EL CAC DE VÉLEZ-MÁLAGA
VISITA A LA EXPOSICIÓN ALGUNOS LUGARES DE LA PINTURA DE MARÍA ZAMBRANO EN EL CAC DE VÉLEZ-MÁLAGA
Lo indeleble
Esta palabra a la que María Zambrano recurre tanto a lo largo de su
obra me acompaña cuando visitamos la exposición: “Algunos lugares de María
Zambrano”. Lo indeleble es aquello que no se puede borrar, lo que permanece, la
huella. Desde los albores el hombre dibujó en las cuevas, dejándonos su alma en las
cavernas. La pintura revelada guarda lo que para María es imborrable, una
mirada que fija en la pintura algo más que un color o unos trazos, unas manos que fijan el centro y el vacío. Imborrables siento también algunas de las
dedicatorias de los pintores a María. Se repite en bastantes obras: “A María
con afecto y admiración”. ¡Sí, con admiración! Admiro esta admiración firmada.
Entiendo que se la quiera, que se la mire y que se la admire porque como escribe Amalia Iglesias en Una
carta abierta a María Zambrano, ─ la escritora que recopila los textos de
María Zambrano sobre pintura y que publica Espasa Calpe en 1989 como Algunos
lugares de la pintura─, María es una mediadora con la revelación y las
verdades esenciales:” tu
palabra es antorcha que ha venido guiando a quienes aspiraban a ir un poco más
allá de la evidencia, a quienes querían adentrarse en los territorios del alma”.
Podemos apreciar lo
esencial, el vacío, en el cuadro de Ramón Gaya, El regreso del hijo pródigo.
Pintura que acompañó a María en su casa de Madrid en la calle Maura y que
Amalia Iglesias contemplaba con ella, mientras María le explicaba que el color
era de “tierra rojiza cocida”.
Y en las dedicatorias
de algunos cuadros, de manera indeleble también, el nombre de Araceli, su
hermana, su Antígona. Estar cerca de María era estar al lado de su hermana.
La exposición está ilustrada
con una recopilación de textos del libro Algunos lugares de la pintura,
publicado dos años antes de su muerte en 1991. Y al igual que los diferentes árboles
sembrados en el parque que lleva su nombre, en Vélez. Málaga, la exposición
también nos narra los lugares en los que María vivió y, sobre todo, nos muestra
la importancia que la amistad tuvo en su vida. Gran parte de los cuadros expuestos
fueron regalos hechos a María Zambrano en sus años de exilio; encontramos
pintores italianos, cubanos, mexicanos, españoles exiliados, como ella, y obras
de artistas nacidos en Vélez (Joaquín Lobato, Evaristo Guerra, Francisco Hernández) que con su obra
continúan la línea de admiración iniciada entre sus pintores amigos.
Para María un creador
es aquella persona que ha podido revelar algo en su obra. Y esa revelación es
imborrable. Es esta una exposición reveladora de la vida y obra de la pensadora, quien donó su colección pictórica (Ramón Gaya, Baruj Salinas, Pablo Gargallo,
Juan Soriano, Jesús G. de la Torre, Tápies, Chillida…) al Ayuntamiento de Vélez Málaga.
"En nuestras conversaciones casi siempre hablabas de pintura y de aquel viejo proyecto de libro para el que incluso tenías pensado el título, Algunos lugares de la pintura, en el que se pudieran reunir tus textos sobre arte. A ti te gustó la idea y durante unos meses trabajé contigo en la recopilación de esos textos. Mi mayor preocupación entonces era luchar contra el reloj para que lo vieras terminado. Tu salud se iba deteriorando y yo quería que lo tuvieras en tus manos antes de irte, era la única manera que el destino ponía a mi alcance de devolverte un poco de lo mucho que me habías dado. En él empleé todo mi entusiasmo".
Amalia Iglesias
1 9 de septiembre de 2023
Comentarios
Publicar un comentario