EN AMISTAD CON MARÍA ZAMBRANO. 20 DE NOVIEMBRE
EN AMISTAD CON MARÍA
ZAMBRANO
20 DE NOVIEMBRE 2023. Un día para la amistad
en Vélez-Málaga
La mañana
Amistad a lo largo
escribía Gil de Biedma. De este poema retengo algo así como dejémonos sentir en
amistad, estar en la amistad. No lo voy a releer ahora para citar un verso. La
última vez que leí este poema fue en el primer aniversario de la muerte de mi
amiga Toñi. Me quedo con lo sentido en esta lectura en el año 2006, con la amistad
experimentada mientras dirigía estos versos a mi amiga muerta. Toñi me inició
en la amistad sin cuerpo, en la amistad sin lenguaje. Amistad a lo largo
resignifica el tiempo y el espacio, lo anula o lo emplaza al color blanco, al
vacío. Amistad en el vacío. ¿será posible?
Amistad sin ruidos externos. La amistad preverbal.
María Zambrano
nos cuenta a lo largo de sus libros su amistad con Cervantes, con Plotino, con
Pitágoras, con San Juan. Tampoco voy a releer esta vez para referir en cursiva;
la misma María escribió que citar a veces la distraía del hilo de su
pensamiento, de su propi hilo. De lo leído me importa aquello que recuerdo sin
precisión porque eso es lo que me habita, lo que en mi cuerpo se ha quedado.
María me da permiso para el recuerdo extraviado.
Cuando Ángela, Amalia y yo fijábamos, sin
antelación, el lunes 20 de noviembre para encontrarnos con María en Vélez
Málaga, no fui consciente de que un 20 de noviembre de 1984 ella llegaba a
España. Vestida de blanco. El color blanco que tanto admiró en las pinturas de
Zurbarán. Hace hoy 39 años que fue recibida en el aeropuerto de Madrid por su
amigo Jaime Salinas, según su voluntad: ser recibida por un amigo. Cogerse del
brazo de un amigo y buscar el aliento del corderillo. ¡Qué gesto tan hermoso es
el de un amigo ofreciéndote su brazo! Agarrarse a este brazo, asirse, descansar
en la amistad. Quizás sea este uno de los gestos más hermosos del ser humano:
mirar el mundo, mirar la propia soledad desde el brazo amigo. ¡Qué necesaria es
la amistad! ¿Cómo podría haber sobrevivido María en el exilio, al que llama su
patria, sin amistad a lo largo? Pues, qué mejor patria que la amistad,
María. La amistad es la tierra propia, sin necesidad de fronteras. Solamente un
brazo. Ese es el mapa.
Al llegar
al Palacio del Marqués de Beniel, a la Fundación María Zambrano, nos
encontramos con tu amigo Miguel de Cervantes, que nos recibe en la puerta. ¡Qué
gran gesto de amistad ofrece El Quijote! Una amistad que elude el imperativo
categórico de ser amigos según la clase cultural (amigo Sancho) a la que
pertenezcamos.
En la
fachada del palacio los versos de tú también amigo, Joaquín Lobato, recordamos su
emoción cuando le abriste la puerta de tu casa en Ginebra, vestida de amarillo.
El símbolo, otro gesto para la amistad.
Y subiendo
las escaleras nos recibían tus amigas de Generación: Carmen Conde, Ernestina de
Champourcín, Concha Méndez, Maruja Mallo y tu estimada Rosa Chacel con quien te
escribiste tantas cartas. Las cartas fueron para ti la manera de mantener esa
amistad a lo largo; aunque tardaran en contestarte, tú no te resentías, porque
entendías que en la amistad cada cual tiene su tiempo o su no tiempo y que, a
veces, el amigo no está para contestar, sin por ello dejar de estar. No sé si
León Felipe te llegó a contestar a esa última carta que le escribiste. Pues,
qué importa María, qué importa eso en el sentimiento sagrado de la amistad.
En la sala de la Fundación, — presidida por tu discípulo y amigo, el profesor Juan Fernando Ortega Muñoz durante 25 años— encontramos el LLAMADOR de tu casa de la calle Mendrugo. Esa aldaba que José Miguel Ullán hizo buscar para ti. Esencia y hermosura en su gesto amigo. Bronce que permanece. En la visita a la Fundación Lola Gámez nos regaló un libro: Breve Antología. María Zambrano. Una selección de textos de Juan Fernando Ortega Muñoz y Rogelio Blanco Martínez.
Las tres
amigas disfrutamos de un buen almuerzo en La Sastrería, muy cerca
de la iglesia San Juan Bautista, donde la escritora fue bautizada. En penumbra,
— se fue la Luz un rato largo—, que es también un modo de reconocerse en
la amistad. Antes, en la Tribuna de los Pobres, habíamos saludado a Blas
Zambrano, el amigo de Antonio Machado, con su hija en brazos.
La tarde
Me había vestido con diferentes tonos verdes. Uno de
los colores preferidos de María según supe esa misma tarde en la charla-
coloquio de tres escritoras: Marifé Santiago, Amalia Iglesias y Fanny Rubio en el
CAC de Vélez Málaga. Supongo que, no fue por azar, que el Ayuntamiento de Vélez
y la Fundación eligieran esta fecha,20 de noviembre, para este encuentro en
torno a la exposición y libro de Zambrano, Algunos lugares de la pintura.
Entre las
palabras esenciales y hermosas que dedicaron a la filósofa hablaron del TONO,
de lo importante que fue para ella la voz en una persona. Contaron que cuando
llamaban a María por teléfono, preguntaba antes de ponerse, ¿qué tono tiene esa
persona? Antes de responder escuchaba el
tono para saber con quién estaba hablando. Y cuando le hablaban de los versos
de un poeta, escuchaba y preguntaba, pero… ¿cuál es su tono?
Trataron estas escritoras, amigas de María,
de la amistad, de los lazos de amor entre los exiliados, de la amistad tan íntima
de María con Concha de Albornoz. Los exiliados pasaron unidos por el dolor. Se
encontraban en el Café Greco en Roma y comentaban: “en el combate si uno de
nosotros cae otro habrá en su lugar”. Quizás estos lazos de amor sean la razón
de estas palabras de María: “amo mi exilio”, “no se es de un lugar porque se
haya nacido en él sino por ser un lugar donde se ha quedado prendida la mirada”.
Estas tres
escritoras amigas se quedaron prendidas de la Luz de Vélez Málaga. No venían a
esta ciudad desde el entierro de María el 7 de febrero de 1991. Durante la
charla transmitían que estaban en su centro, conectadas con su interior,
conectadas con las pinturas que habían estado viendo en la exposición Algunos
lugares de la pintura:” Porque la pintura es la huella del hombre por el
mundo.” “ La imagen es el vínculo con la tierra”.” La imagen es el sostén de la
vida y la mirada del que contempla se impone a la pintura”.
Amalia
Iglesias, Fanny Rubio y Marifé Santiago con un tono cálido nos hacen
entrañarnos y sentir que la escucha y la contemplación es una actitud en la
vida. Están con presencia en el lugar donde la escritora nació y donde pidió
ser enterrada. Abrazada por la amistad de una montaña, La Maroma.
El 21 de noviembre Amalia Roldán me graba un audio:” Me he comprado el libro Delirio y Destino. La lectura de María Zambrano es una lectura lenta, es una lectura para estar, no es una lectura para consumir”. Si es una lectura para entrañarse.
GRACIAS AMIGAS por este 20 de noviembre, prendido al olor de un limón.
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